Los anticongelantes

¿Qué son los anticongelantes?

El líquido anticongelante es un elemento indispensable del sistema de refrigeración de los vehículos que ayuda a mantener la temperatura del motor y evita su calentamiento excesivo.

Además, otras funciones menos conocidas son evitar la corrosión del sistema de refrigeración, previniendo posibles averías y como fluido de detección de fugas ya que sus colores brillantes e intensos permiten detectar con facilidad derrames líquidos.

Composición de los anticongelantes

La base de la gran mayoría de anticongelantes en el mercado son los etilenglicoles, compuestos que reducen la temperatura de congelación y aumentan la de ebullición.

Concretamente el producto más utilizado es el monoetilenglicol.

De este modo, se puede dividir la composición de un anticongelante en tres elementos principales: agua, monoetilenglicol y aditivos.

La mezcla de agua y monoetilenglicol constituye la base activa de este producto, y son las sustancias encargadas del control de la temperatura, ofreciendo protección tanto a las temperaturas bajas como a las altas.

La protección ofrecida depende de la concentración de monoetilenglicol del producto, tolerando temperaturas más extremas a mayores concentraciones.

Habitualmente en el mercado se pueden encontrar anticongelantes con concentraciones entre un 10% y un 50%.

Los aditivos se dividen en dos categorías, orgánicos e inorgánicos, siendo los primeros los mas utilizados, ya que ofrecen mayor estabilidad a lo largo del tiempo y, además son biodegradables.

Principalmente ofrecen protección contra la corrosión en el circuito del motor, pero también le aportan muchas otras propiedades como un efecto antiespumante, control del pH, color, conservantes… 

Consejos para su uso

  • Cambiar el anticongelante periódicamente en función de cada vehículo
  • En casos generales se recomienda cambiarlo cada 40.000 Km o dos años, ya que con el uso, el producto va perdiendo sus propiedades
  • Se debería evitar la mezcla de diferentes productos o marcas, siempre es preferible que se vacíe completamente el circuito antes de añadir producto nuevo
  • No se debe añadir agua ni diluir el producto a menos que el fabricante lo indique
  • La mayoría de productos vienen preparados directamente para su uso y cualquier alteración puede afectar a las propiedades esperadas
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